Avanzada artech: la hora de la fusión entre arte y tecnología – La Nación

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Mientras las casas de subastas tradicionales apuestan a las redes sociales y sus sitios de e-commerce para mantener su liderazgo, surgen más alternativas digitales para nuevos interesados en el coleccionismo.

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Una de las últimas barreras de la economía digital, aquel pincel que pinta todo con un tono democrático, es lograr quitarle el aura de inaccesible al arte. El perfume de las galerías, la tradición del mecenazgo, la sacralidad de los museos? la escenografía que rodea a los actores del sector fue calificada cientos de veces de hermosa, pero también de frívola. El siglo XXI, aseguran los expertos, representa el boom de la industria: los precios se inflaron -un Da Vinci se vendió en 2017 por US$450 millones-, pero a la vez la tecnología atrajo a un nuevo público que jamás se hubiera acercado a acuarelas, fotografías, óleos y collages.

Diderot.Art es un emprendimiento que quiere contribuir en la tarea titánica de masificar el arte. Con su e-commerce de obras contemporáneas, Lucrecia Cornejo y Angie Braun ayudan a que un público cada vez mayor descubra nuevos artistas y pueda comprar piezas desde el sillón de su casa. El proyecto surgió en 2017 y cuenta con la curaduría de Estefanía Jaugust, quien antes coordinó galerías como Zavaleta Lab.

«Es una galería abierta las 24 horas, los 365 días del año y constituye una experiencia nueva para descubrir el arte», resume la curadora. Sostiene que el hecho de que el comercio de las obras sea en línea acerca al sector a muchas personas que antes no habían demostrado interés. Deja un mensaje positivo para aquellos que recién se inician en el coleccionismo: «El ojo se puede entrenar, es importante leer, formarse y mirar mucho».

Alicia de Arteaga, experta en arte y negocios, asegura que en 2017 las ventas online crecieron un 12% y explica que hay potencial para que ese porcentaje avance: «En las subastas, la gente compra por teléfono y a distancia. En una sociedad global, esta es una escena bastante frecuente. El soporte del e-commerce, además, facilita ver y poder cotejar lo que se va a comprar, eso es una ayuda invalorable», afirma.

Otro indicador que da la pauta de que la alianza entre arte y tecnología seguirá prosperando es que el 33% de esos compradores conectados fueron menores de 35 años. «La gente joven entra a través de este canal», resalta. Añade una reflexión sobre el sistema actual: «Una de las razones que favorecen el éxito de las ferias es que la gente circula sin necesidad de abrir una puerta. Hay un prejuicio con respecto al arte de que es algo caro e inalcanzable. Hay algo de distancia y estos nuevos canales favorecen muchísimo la democratización».

El nuevo coleccionista

Las gift cards de Diderot.Art se pueden conseguir desde $3000 y hay técnicas, como los grabados, que son más accesibles para quienes dan sus primeros pasos en el mundo del coleccionismo. Jackie Maubre, directora de Cohen SA, da consejos para quien recién empieza a adquirir obras de arte: «No hay una receta sobre cuánto de nuestro patrimonio invertir en arte, del mismo modo que no podemos saber cuánto destinamos a dólares y cuánto a pesos. El primer paso es ver cuál es el perfil de cada inversor», afirma.

Hizo un paralelismo con el inversor minoritario, con menos experiencia, y los nuevos compradores de arte: «Así como ellos necesitan de nosotros, los asesores financieros, para poder orientar sus decisiones, el público que nunca se acercó a las obras probablemente necesite del curador o la curadora para asesoramiento», dice.

La primera pregunta para hacerse, señala la experta, es: «¿Cuánto riesgo estoy dispuesto/a a asumir?». El segundo, conocer de qué tipo de inversión se trata: los bonos pertenecen al mundo de la renta fija, por lo que se sabe cuál es su rendimiento de antemano; las acciones y el arte, al de la renta variable. Comparó comprar obras con comprar propiedades, por su capacidad de resguardo de valor.

Perfil del comprador

Maubre definió además cuáles son las personas ideales para hacer una compra grande de arte: «Si es una persona joven que quiere armar un patrimonio y una colección, entonces recomendaría que destinara hasta el 40% del portfolio a obras», resalta.

La especialista recuerda el caso de un fondo de pensión inglés de ferroviarios que invirtieron en una colección. «El rendimiento anual que obtuvieron entre 1974 y 1999 fue de 11,2% en libras. Las acciones del mercado estadounidense rinden hasta un 12,5%, por lo que es completamente comparable», sostiene.

Para terminar, resalta una particularidad de la inversión en arte: «Una obra no solamente tiene un rendimiento económico, sino que también hace a la satisfacción del inversor. Cuando hablamos de ver dónde ponemos nuestro dinero, también tenemos que mirar esta variable», concluye.

Negocio imparable

Con la venta de Salvator Mundi, de Leonardo da Vinci, por US$450 millones, las subastas de arte marcaron un nuevo récord tanto de dinero como de espectadores: la jornada fue transmitida en vivo por las redes de Christie’s y los espectadores ascendieron hasta 740.000. El cuadro, datado en torno al 1500, está ahora en Abu Dhabi.

En el escenario global, la venta de arte va cada vez más hacia la digitalización, y las oportunidades de crecimiento están más en los mercados emergentes que en los desarrollados.

Christie’s, líder en las subastas de arte a nivel mundial, anunció en 2017 que profundizaría sus ventas online y su crecimiento en Asia. El año pasado, la compañía realizó ventas por US$6600 millones, y las transacciones exclusivas de su e-commerce crecieron un 12%, con una facturación de $72,5 millones. Las compras de clientes asiáticos, en tanto, avanzaron un 39%.

Sotheby’s, su principal competidora a nivel global, presentó resultados similares: US$5500 millones y fuerte crecimiento de clientes asiáticos, que compraron US$1600 millones.

450 millones de dólares

Es el precio que se pagó por el cuadro Salvator Mundi, de Leonardo da Vinci. La obra estableció un nuevo récord de subasta

Fuente: La Nación.