Fernando Brizuela entró en contacto con el arte desde muy chico. Primero fue la academia barrial y luego estudió en los talleres de reconocidos artistas como Juan Doffo y Carolina Antoniadis. Expuso sus obras en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, en el Malba y en la Galería Zavaleta Lab entre otros.
“Me apasiona la botánica, el cultivo, la agricultura, la farmacéutica, la política y todo eso empieza a formar un mundo donde las obras que voy haciendo son un comentario, una aproximación a todos esos universos… Y para mi eso es el arte contemporáneo”, reflexiona claro y seguro Fernando Brizuela en su taller en Saavedra rodeado de muñecos, dibujos, plantas y herramientas de todo tipo. Quizás, si le hubiéramos hecho la misma pregunta cuando era estudiante de medicina y asistía a sus primeros talleres de arte, no hubiera respondido con la misma convicción y certeza pero todo pasa por algo y todo lo que hacemos, por más dispar que parezca, nos está conduciendo a nuestro propio destino y eso Fernando hoy por hoy lo tiene muy claro. Aquellas primeras obras de arte que producía eran, inevitablemente, primeros planos de bacterias y enfermedades como vistas a través del microscopio, pero más sociales, más simbólicas. Desde entonces toda su obra se relacionó a alguno de los temas que lo apasionan: naturalezas muertas, animales, plantas, conflictos bélicos, y así.
«Para mi el arte es algo parecido al amor, pero no se por qué»
Sus años en el equipo de montaje del MALBA fueron decisivos. Las relaciones con los artistas y curadores, tanto locales como extranjeros, le dieron un fogueo muy valioso que lo llevó a dedicarse también a la organización y gestión cultural, ocupando más un rol curatorial. Con el tiempo, empezó a incluir obras propias en estas muestras que organizaba y se fue volcando hacia las acuarelas.
«Me inspira tratar de relacionar todo lo que tiene que ver con mi vida, mis pasiones.»
En un entorno lleno de plantas, con una terraza donde cada maceta tiene su historia, Fernando se dedica a producir su obra rodeado de lo que más le gusta. Mientras lo vemos reparar uno de sus gorilas recubiertos en hojas secas, pensamos que si tuviéramos que elegir un color para definir a Fernando sería, sin lugar a dudas, el verde. Y que ese color definiría muy bien todo lo que Fernando es.