Luisa no pasa desapercibida, tiene una gran presencia y rebalsa de energía que canaliza, entre otras cosas, en la prolífica producción de sus grabados. Madre de tres, Quinto, Rosa y Flora, Luisa Freixas tiene la combinación justa y necesaria entre hiperactividad y calma para llevar adelante su trabajo como artista y su vida de familia.
El departamento de Luisa Freixas en Recoleta tiene sus paredes, marcos, vanos y ventanas cubiertas con obras, la mayoría de su autoría. “A mi marido le encanta por suerte, igual a veces algo me dice …”, nos cuenta Luisa cuando le preguntamos acerca de la convivencia del arte con la vida cotidiana y en familia. “Muchas obras las empiezo en el taller y las termino en casa. Cuando los chicos se van a dormir me pongo a recortar y terminar algunas obras; siempre estoy haciendo algo”, confiesa. Sus hijos son su gran inspiración a la hora de crear; disfruta mucho con ellos, verlos estar e interactuar en este mundo.
«Me inspira la selva, las hojas y el volumen …También me inspira ver arte, ir a museos y ferias, y la maternidad, ..ver a mis hijos en el mundo»
En su living además de obras de su gran amigo Liniers, Marta Minujín, y del fotógrafo Lobo Velar, tiene una hamaca que cuelga del techo que invita a grandes y chicos a balancearse. Los cuartos de sus hijos están empapelados con su obra y además tiene muchísimos papeles archivados de xilografías y óleos que despliega sin prisa pero sin pausa sobre el piso del living. La producción parece infinita…
Luego de su paso por el cine y las bellas artes, un día Luisa empezó a pintar y nunca más paro. Su trabajo se basa en series siempre con fuerte inspiración de la naturaleza. La selva sobre todo la atrae muchísimo y desde que nació su última hija -hace 3 años- que su trabajo se basa en la flora. “Me metí en la flora y no puedo salir. Traté de meterme en el mar y no pude. La flora me agarró con toda”. Sus viajes a la selva misionera o la mata atlántica de las costas brasileras la cautivaron, y su exhuberancia y texturas están muy presentes en sus grabados.
«Para mi el arte te salva la vida. Por eso me interesa que la gente que está alrededor mío se conmueva con el arte. Creo que si alguna rama del arte te conmueve podés ser más feliz»
“Por eso ahora estoy separando mi trabajo por técnicas: carbonilla, xilografía, xilografía intervenida y óleo. A la flora la estoy deformando, agrandando, dándole vueltas desde hace tres años”, revela. Tanto es así que hasta armó un jardín vertical dentro de la ducha del baño de sus hijos. La presencia tropical en pleno Recoleta es inminente.
Sensible, con todo a flor a de piel, Luisa piensa que el arte es todo en su vida. “Creo que el arte te salva la vida. Y que si alguna rama del arte de conmueve podes ser más feliz”, remata.