Land Art es un movimiento artístico que surgió entre los años ‘60 y 70’ y el principal exponente fue Robert Smithson. Un artista estadounidense que comenzó con estas intervenciones artísticas en la naturaleza.
Su obra más emblemática o conocida es Spiral Jetty (1970) en Salt Lake, Utah. Es considerada una de las primeras obras de Land Art, en la que el artista intervino la geografía del salar mediante el uso de maquinarias para crear una forma espiral construida con bloques de basalto negro.
Este movimiento creció exponencialmente desde su comienzo.
En esta forma de arte, los artistas inicialmente proponían sacar las obras de los museos y llevarlas al exterior para ponerlas en contacto con la naturaleza y el espectador.
Luego, las obras no sólo se veían en paisajes naturales sino que también llegaron a las grandes Ciudades -como en el caso de la dupla/matrimonio de aristas Bulgaro-Americanos, Christo y Jean Claude-, conocidos por envolver paisajes y ciudades con inmensas telas de colores. Envolvieron, por ejemplo, el Parlamento Alemán y Pont Neuf, el famoso puente Parisino.
Las intervenciones en espacios naturales son generalmente obras de gran escala. Esto permite tener un gran impacto en el público, pero sobre todo que la obra pueda ser vista desde distintos puntos, perspectivas y distancias, incluso de forma aérea.
Muchos artistas han trabajado la idea de la ecología y el cuidado del medio ambiente a través de sus obras, pero principalmente el objetivo del Land Art es producir emociones en el espectador al enfrentarse con la naturaleza o paisaje intervenido. Son obras pensadas para modificar un espacio y jugar con la percepción y cuentan con la participación del público.
Trabajar con la naturaleza como soporte de la obra implica la exposición a la intemperie y la alteración constante de éstas por los factores climáticos e imprevistos naturales que puedan ir surgiendo en el transcurso del tiempo.
Las obras por lo tanto sufren cambios, modificaciones de color y de forma, integrándose con el paisaje. El viento, el agua, los factores climáticos, todos inciden sobre los materiales, tal como lo hace en una roca y en el resto de la naturaleza. Así, la obra va transformándose e incluso llega a desaparecer.
Por eso es que muchas veces lo que queda es el archivo fotográfico o de video de la obra y su proceso de transformación, ya que este tipo de arte tiene un carácter efímero.
Las grandes extensiones de tierra y agua, como desiertos y lagos son los escenarios perfectos para que estos artistas puedan desplegar sus majestuosas obras. Tal es así que los paisajes Argentinos fueron elegidos en varias ocasiones por artistas de todo el mundo para dejar su impronta.
En Colomé, Salta, se encuentra el único lugar en el mundo dedicado a la obra de James Turell, un importantísimo artista del Land Art que trabaja entre otras cosas con la luz y la percepción, la alteración de los colores en relación al espacio, la arquitectura y la naturaleza.
El museo cuenta con 9 salas destinadas a la obra del artista y 1700 metros para experimentar estas obras sensoriales.
James Turell
Si viajamos al sur del país, cada dos años en Ushuaia se puede visitar la Bienal del Fin del Mundo (ahora también con sede en Mar del Plata) donde artistas de todo el mundo representan a sus naciones a través del arte. Durante la bienal los paisajes y la ciudad de Ushuaia quedan cubiertos e intervenidos con obras.
Rosa Galisteo de Rodriguez, Bienal del fin del Mundo – Ushuaia
En este momento el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires exhibe una muestra en homenaje al artista argentino Nicolás García Uriburu – artista Pop precursor del Land Art en la Argentina, que en 1968, en el marco de la Bienal de Venecia, intervino el Gran Canal de Venecia coloreando las aguas con fluoresceína verde.
*fluoresceína (un sodio fluorescente inocuo usado por la NASA).
Nicolas García Uriburu – Registro de la coloración del Canal de Venecia.
Ya sea en el norte del país, en el sur, o en la Capital, el Land Art está presente como uno de los movimientos del arte contemporáneo con mayor impacto en la cotidianeidad del espectador, es inevitable no detenerse a ver estas alteraciones en la ciudad o el paisaje.
No pierdas la oportunidad de atravesar estas experiencias artísticas.
Stefy Jaugust
Curadora Diderot.Art