¿Por qué debería gustarme lo que no entiendo?
El artista y el arte han confrontado los estándares y lo estipulado en la sociedad a lo largo de los tiempos. Existe un arte más complaciente y contemplativo, pero también está la imagen que nos genera molestia y nos cuestiona como espectadores.
Esto siempre ha sucedido, pero el tiempo fue unos de los factores que determinó la aceptación del público. El hombre es un ser cambiante, sus gustos se modifican con el tiempo y de a poco los cánones se reconfiguran logrando la aceptación o comprensión.
Así como la famosa obra de Gustave Courbet “El origen del mundo” o “Las Señoritas de Avignon” de Picasso fueron sumamente controversiales en su época, e incluso siguen generando tensión al día de hoy, el tiempo logró que el público las aceptara y hoy sean obras de menor impacto en comparación a algunas obras actuales.
Pero, ¿qué es lo que hace que estas obras finalmente sean aceptadas? ¿son las instituciones? ¿son los entes legitimadores como galerías y curadores? ¿por qué estas obras llegan a precios abismales?, y sobretodo ¿por qué deberían gustarme si no las entiendo?
Estas y otras preguntas surgieron durante la charla del artista Eduardo Stupía, organizada por DiderotArt, galería online de arte contemporáneo.
Aquí un resumen de los distintos puntos y preguntas que destacamos de la interesante exposición, y algunas herramientas y consejos para poder aproximarse al arte contemporáneo sin miedos:
– ¿Cuál es la mejor forma de aproximarse al arte contemporáneo y a las obras que no entiendo?
La mejor forma de aproximarse al arte es sin prejuicios ni saberes, abiertos a la experiencia que la obra nos produce.
El artista contemporáneo llegó para romper los estándares históricos del arte y el contrato establecido entre la obra y el espectador ya no existe. Los artistas están constantemente desafiándolo, hoy el arte no es “complaciente”, el artista busca otras reacciones en el público.
Esto puede ser por la idea de que “todo ya está hecho”, que presenta al artista el desafío constante de generar un impacto en el espectador.
Por lo tanto no hay que aproximarse desde el lado del entender, sino desde el lado de la experiencia y el impacto que nos produce una obra.
Anish Kapoor
– ¿De qué manera puedo reflexionar sobre el arte actual?
Más allá de los saberes, de algún modo hay una idea simbólica de lo que es el arte: El arte es una cosa determinada en la que ciertas cosas no entraron.
Hoy podemos encontrarnos con un montón de obras que producen rechazo, incógnita, tensión, y hay una certeza de que ese objeto no pertenece a lo que consideramos que es arte.
Eso generó que en el arte contemporáneo haya una crisis en el espectador porque se atraviesa un campo de valores no compartidos.
No hay que tener preconceptos o prejuicios. El hecho de ser espectador y avanzar con un gusto establece que el saber no es lo principal a tener en cuenta. No es posible construir un saber absoluto para apreciar el arte como un saber infalible.
– ¿Puedo entender una obra y que igualmente no me guste?
El impacto puede perfectamente ser tanto de rechazo como de adhesión, y es importante saber que no hay un “bien o mal”. Es la experiencia en sí.
No hay un saber presunto o imprescindible para que a uno le guste el arte. El gusto y saber no es homogéneo y parejo, es independiente.
– ¿ Mi gusto puede cambiar?
Las estructuras se rompen a través del arte, todo cambia y el arte también.
Por eso, lo que pudo ser desagradable en un momento puede ser aceptado y atractivo en otro momento para el espectador.
Hay momentos que sentimos tener identidad, gusto o criterio, pero esto, -al igual que el tiempo- cambia.
Puede no ser un cambio brutal, pero todo cambia. Por eso es que el tiempo a veces hace que el arte sea aceptado varios años después de que una obra sea producida.
Leonardo Da Vinci «La Gioconda”, 1503. Fernando Botero “Mona Lisa Niña”, 1978. Basquiat, Mona Lisa”, 1983.
Leonardo Da Vinci La Gioconda”, 1503 / Fernando Botero “Mona Lisa Niña” 1978 / Basquiat, Mona Lisa”, 1983
– ¿Hay modas o un “buen gusto” en el arte?
Hay un momento en el que el artista siente que se agotó el escenario de influencia en el espectador, donde ya no tiene elementos porque en algunas estéticas ya fue todo muy hecho. Por lo tanto desarmonizan y generan la irrupción en el público. Lo escandaliza como recurso para convulsionar el «buen gusto».
– Si no me gusta, ¿tengo que cambiar mi gusto, o saber más para que me guste o para comprar arte?
El gusto es lo que es. No hay que tener un gusto paranoico.
Tengan el gusto que tengan y en todo caso cerciórense frente una hipótesis de accesibilidad a la obra. Pero no siempre hay una garantía total.
Sean amos de la decisión. No compren por pragmatismo y absolutos porque no existen.
El gusto no tiene que estar perseguido por un saber.
Lo intelectual no es algo imprescindible para acercarnos al arte y no hay que reformular nuestro gusto. No hace falta dejar nuestras creencias ni nada propio al aproximarse al arte.
El artista hoy desafía los géneros de su época y los anteriores. Hay que convivir con ello.
– ¿Tengo que entender el arte para comprarlo?
El arte también tiene que ver con el intelecto, pero no para decidir sobre la compra. El arte es raro y no es un objeto común.
Para comprar no hace falta la legitimación, sino ciertas certezas que el espectador se anima a asumir. Hay una decisión que siempre va a ser autónoma.
– ¿Qué pasa con la duda o el miedo a equivocarse en una compra?
Tomar o no la decisión no depende de que te digan «esto vale o no vale”. La decisión es la que toma el individuo.
El miedo a equivocarse depende de ponderaciones que se incorporan a la decisión de comprar. Pero no se determina según el valor de la pieza.
Hay que tomar la decisión de comprar, aún con la duda. Hay miles de cuestiones por la cuales no comprar, por ejemplo el precio, y si puedo o no pagarlo. Pero la duda es la menos importante.
¡Nadie sabe en el fondo!, te pueden ayudar a decidir y hay parámetros que pueden darte cierta seguridad- pero en el fondo nadie sabe qué es lo que va a pasar.
Hay que ser amo de nuestras decisiones.
– ¿Debe entonces gustarme lo que no entiendo?
La pregunta no pretende tanto el ser respondida, sino que nos invita a involucrarnos con el arte, al intercambio, y a valores del arte para poder responderla de forma retórica.
Involucrándonos es la forma de empezar a entender el porqué del arte, el intercambiar ideas y valores entre el público y el arte.
“Cuando no lo explican lo entiendo, cuando me lo explican no lo entiendo”- Yuyo Noé
John Baldessari Juliana Iriart. “Relieves»
Conclusión:
“ Me gusta o no me gusta va a suceder. Puedo tener mayor o menor data o acompañamiento de ese gusto con determinadas cualidades o elementos.
Claramente el gusto funciona y opera, no tanto el entendimiento. El entendimiento implica un saber. En todo caso el gusto o disgusto son fenómenos. El entendimiento es un trabajo posible.
No se puede empezar por el entendimiento y no se trata de constituir un saber.
Primero hay una actitud que me acompaña en el contacto inicial, donde se ve un campo de interrogación, pero que el interrogante no cierre la decisión.
Sean hedonistas, que rija el gusto y el placer de comprar, no solo por una razón absoluta de que están comprando una pieza artística.
La duda no es el factor de primera interrogación, la duda convive con las decisiones. Es parte del asunto y es cuestión de convivencia, no de un manual del comprador infalible.»
Eduardo Stupía, Artista y Curador
Eduardo Stupía nació en 1951. Es artista plástico y expone local e internacionalmente en muestras grupales e individuales desde 1973. Ha escrito numerosas reseñas y ensayos sobre arte y estética, habitualmente ejerce como curador y jurado en premios y certámenes nacionales. Representado por Jorge Mara-La Ruche Gallery ha exhibido en varias ferias internacionales. Entre los galardones obtenidos, se destacan los dos premios más importantes de nuestro país, el GRAN PREMIO DEL SALÓN NACIONAL y el GRAN PREMIO DEL SALON MUNICIPAL MANUEL BELGRANO en la especialidad Dibujo. Su obra integra las colecciones de importantes museos de Argentina. Uno de sus trabajos de los años 80 ha sido adquirido por el Museo de Arte Moderno de Nueva York y expuesto entre noviembre de 2007 y febrero de 2008 en la muestra grupal New Perspectives in Latin American Art 1930 2006 : Selections from a decade of adquisitions.
Stefy Jaugust, Curadora y Asesora de Arte, Diderot.Art Galería online de arte contemporáneo
Stefy estudió Curaduría y Gestión de Arte en ESEADE y Artes Visuales en el IUNA. Previo a unirse como Curadora y Asesora de Arte Asociada a la galería online de arte contemporáneo, Diderot.Art, coordinó la galería Zavaleta LAB durante 5 años, representándola en ferias de arte locales e internacionales: arteBA, BuenosAiresPhoto, Arco Madrid, Basel Miami, Bienal de Sao Paulo, entre otras.