Herb & Dorothy Vogel – conocé la historia de esta pareja de coleccionistas neoyorquina que es tan linda e inspiradora que merece ser recordada.

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Conocé como dos empleados públicos de New York, que vivían con menos de 50mil dólares al año, lograron una colección de más de 4.000 obras de arte contemporáneo que luego fueron posteriormente valuadas en un valor millonario.

Un coleccionismo que nace de la pasión, de la generosidad y del verdadero amor por el arte.

A inicios de los años 60, el empleado de correos Herb y la bibliotecaria Dorothy se propusieron, a pesar de sus escasos recursos económicos y animados por una gran pasión, dedicarse al coleccionismo. Se casaron en 1962 y se esforzaron por sobrevivir con el sueldo de la mujer para poder destinar todo el sueldo de Herb a la compra de obras de jóvenes artistas emergentes y todavía prácticamente desconocidos. Se trataba principalmente de obras minimalistas y conceptuales, pues el Pop Art y el Expresionismo Abstracto estaban fuera del alcance de sus bolsillos.

Herb y Dorothy se guiaban más por intuición que por las opiniones de críticos y galeristas, compraban lo que les gustaba y escogían las obras de los artistas que apreciaban personalmente. No obstante, existía un condicionante, ya que las obras debían ser lo suficientemente chicas como para entrar en su casa de Manhattan. En su departamento de dos habitaciones, la acumulación de obras de arte limitaba día a día el espacio disponible, tuvieron que acopiarlas hasta debajo de su cama.

En 1965, la pareja compró una pieza de Sol LeWitt, un artista todavía desconocido que inauguraba su primera exposición individual por aquel entonces. La inteligente adquisición fue el preludio de una colección que, solo cinco años mas tarde, sería conocida en medio mundo y despertaría el interés de muchos museos internacionales que solicitaban visitarla. Cuando la pareja ya se había convertido en una institución de la escena cultural neoyorquina, eran los mismos artistas los que muchas veces regalaban nuevas pieza a Herb y Dorothy. Fueron tantas las obras que la pareja reunió, que, en el año 1990, ésta logró acceder al Top 200 del coleccionismo internacional. De este modo, en casi 30 años Herb y Dorothy han creado de la nada una colección millonaria con obras de Sol LeWitt, Christo e Jeanne-Claude, Richard Tuttle, Chuck Close, Robert Mangold, Sylvia Plimack Mangold, Lynda Benglis, Pat Steir, Robert Barry, Lucio Pozzi e Lawrence Weiner, entre muchos otros. Sin embargo, los Vogel nunca especularon con el arte ni vendieron un solo cuadro y cuando, ya en 1992, no cabía ni un alfiler en su pequeño departamente, decidieron donar todo a la National Gallery of Art de Washington (NGA), una institución pública. Dicen que ellos mismos habían sido toda la vida empleados públicos y querían devolverle algo a los demás.

Finalmente, cuando también la NGA se quedó pequeña para las aproximadamente 4000 obras acumuladas durante medio siglo de amor por el arte, la pareja decidió repartir su colección, valorada en varios millones de dólares, entre los museos de los 50 estados americanos, destinando 50 obras a cada uno de ellos.

 

En base a esta historia se desarrolló un documental Herb & Dorothy 50X50 (50 obras donadas a 50 estados de los Estados Unidos), dirigido por Megumi Sasaki. El film biográfico documenta esta historia atípica. Nos brinda una buena ocasión para pensar en otro tipo de coleccionismo que representa, sobre todo, una inversión de energías en la búsqueda del conocimiento y disfrute del arte.